Fueron 18 años los que tuvieron que pasar para que nuevamente los 49ers de San Francisco estuvieran presentes en un Super Bowl. Etapas de reconstrucción, malas temporadas, un equipo que no se le veía por dónde, para que volviera a las primeras posiciones.
La llegada de Jim Harbaugh fue un gran acierto para los dueños de San Francisco. Su primer año como entrenador (2011), estuvo a punto de llevar al equipo al tan ansiado Super Domingo. En esa ocasión, cayeron ante los Gigantes de Nueva York.
Hoy, la historia es diferente, al derrotar en la tarde de ayer a los Halcones de Atlanta. Un partido que simplemente al inicio mostró nerviosismo por parte de los 49ers. Fueron presa fácil de los pases de Matt Ryan, además de las estupendas recepciones de Julio Jones y Roddy White. Llegó a estar abajo San Francisco 17-0 en el primer cuarto.
Y a pesar de ello, el equipo empezó a jugar como lo sabe hacer. Poco a poco se fue acercando al marcador, hasta que al medio tiempo, la diferencia fue de 10 puntos.
El ajuste era obligado. Se encontró la manera de limitar los pases de Ryan, y no solo eso, toda la segunda mitad, Atlanta se fue en blanco. San Francisco inició la ofensiva del tercer cuarto con anotación, y al iniciar el último cuarto, la anotación de Frank Gore que los llevó directamente a Nueva Orleans.
Mérito también para los 49ers que no se cayeron ante el gol de campo fallado por Aikers, y el balón suelto de Crabtree cuando ingresaba a las diagonales. 10 puntos al menos se esfumaron ahí, cuando el marcador estaba 24-21 a favor de Atlanta. Aun con estos buenos golpes de suerte del rival, San Francisco pudo levantarse de la adversidad.
Felicidad absoluta. Pero, falta el último partido para cerrar una magnífica temporada. Y será ante los Cuervos de Baltimore, y ante John Harbaugh (hermano de Jim). Duelo de defensivas sin duda.
San Francisco, nuevamente en el Super Bowl!
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