Indudablemente el cese de Matías Carrillo como manager de los Tigres de Quintana Roo dejó muchas preguntas en el aire. ¿Cuál pudo ser la principal razón de ser removido del cargo? La que tiene mayor peso fueron las series que no ha logrado ganar recientemente. Desde la serie del 14 de Junio, frente a Vaqueros Laguna, empezó la mala racha del equipo. Han transcurrido 11 series. De ahí, solo ganaron 2, a Diablos Rojos, y Saraperos. Una serie empatada con Delfines, y el restante, 8 series sin ganar.
La serie que causó más asombro fue contra los Petroleros de Minatitlán. Les ganaron en dos ocasiones, tanto en casa como de visita. Haciendo una comparación jugador por jugador, Tigres presenta mejores elementos. Inconcebible que el trabuco de Quintana Roo haya sucumbido ante el peor equipo de la liga en cuanto a ganados y perdidos.
Aún con esta mala racha, Tigres se mantenía en los primeros lugares del standing. Seguía peleando una posición para el playoff. ¿Era motivo de despido?
Se manejó otra posibilidad. Jugadores que han estado en Grandes Ligas, tanto en el equipo mayor como en sucursales, llegaron al Cancún con etiqueta de “estrellas”, y con ello, la lucha de poderes de establecer su jerarquía. A veces, estas situaciones ocurren dentro del clubhouse, si es que no hay una autoridad que lo controle. Peloteros como Jorge Cantú, Jorge Vázquez, Alfredo Amézaga, Karim García, Douglas Clark, son algunos que han probado las mieles de estar en equipos de MLB.
Manejar este tipo de “egos” pudiera ser un problema para el manager, si es que no tiene la experiencia necesaria para poner a los jugadores con los pies en tierra. Sin embargo, Matías Carrillo podía con ese paquete. Conoce lo que es ser un jugador importante en un equipo, y sobre todo, considerado por muchos de los aficionados a Tigres, un icono dentro de la franquicia. Transmitir eso a sus jugadores no sería complicado.
¿Qué fue lo que pasó realmente? Dentro de los andares del mundo beisbolero, y cuando se comenta de lo que ocurrido con personajes de la Familia Beisbolera, llega información que para un aficionado a los Tigres tranquilizaría un poco, aunque no quita la preocupación.
No existe tal desunión en el equipo. Todo lo contrario. Un hecho es que existe preocupación por el mal paso, donde las victorias no llegan. Los mismos jugadores solicitaron que su nuevo manager fuera parte del actual equipo. Ninguna persona externa. El problema se debe resolver con un equipo unido.
Influencia negativa
Matías Carrillo, a pesar del mal paso del equipo, su puesto estaba “seguro”. Sin embargo, se sabe que hubo presiones de quien ha invertido en un equipo deportivo, donde ha gastado dinero en publicidad, y que al no ver los resultados esperados en taquilla, pidió tajantemente su cabeza por el mal manejo del equipo. Se dice que el mismo Carlos Peralta, dueño de la garra felina, no aceptaba esta decisión. Al fin de cuentas tuvo que ceder ante el socio “incómodo”.
Todo indica que este socio pensó hacer lo mismo como lo ocurrido con los Marlines de Miami hace unos años. Formar un equipo con peloteros de alto nivel, que lo volviera prácticamente invencible. Con ello, atraer a la afición de Cancún para llenar estadios. Es cierto, se trajeron a los jugadores, pero el béisbol no solo se arma únicamente de peloteros de poder. El pitcheo, como se ha mencionado como una de las principales causas de la situación en Tigres, fue quedando en segundo plano, si no es que en el abandono. Actualmente, las actuaciones del relevo son una incógnita.
Para este día, los Tigres de Quintana Roo, con su derrota anoche frente a los Rojos del Águila de Veracruz, amaneció en tercer lugar del standing de la Zona Sur.
Si ya pudo adivinar quién es el “socio incómodo” en este drama del Caribe, lo felicito. No era difícil llegar a esa conclusión. Si no, dejo el antecedente: Fue el promotor para que la franquicia de Tigres se quedara en Cancún al menos 3 años.
Es cierto, los equipos tienen que buscar formas para subsistir en cualquier temporada. Lo apoyos y patrocinios externos hacen que una franquicia trate de evadir los números rojos. Pero para Tigres, parece que no fue la mejor opción.
A fin de cuentas, no hay más que salvar este barco de un posible fracaso.
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