Triste en verdad para quien le gusta el Rey de los Deportes, lo ocurrido hoy en el juego entre México y Canadá. Claro, después de haber visto a un equipo que se fajó el día anterior ante Estados Unidos, las expectativas crecieron. Nos ilusionamos de que hoy podría darse otra victoria. Pero volvimos a las andadas.
Un pitcheo titubeante al inicio, muy bien aprovechado por Canadá. Las 3 carreras de la primera entrada fueron una loza para México. Una desventaja que nunca pudieron revertir.
Los de la hoja de maple hicieron lo suyo. Ante la penosa derrota que tuvieron ante Italia, donde los noquearon en 8 entradas, con una ofensiva impresionante, y ante el escenario de un posible empate, era un hecho que si se presentaba la oportunidad, harían las carreras necesarias. Los criterios de desempate también cuentan.
El pitcheo de México un desastre. En 3 entradas, Marco Estrada fue presa fácil de Monreau, Votto y sobre todo Saunders, que nunca lo pudieron dominar, al irse de 4-4. Estrada tuvo una actuación de 7 hits, 4 carreras, para quedar en un altísimo 12.00 de ERA. Y el relevo no pudo detener la ofensiva contraria. José Cobos fue el único que tuvo el privilegio de no permitir carrera. Fue un balde helado que cayó al equipo mexicano.
Pero ante esto, cayeron en la provocación. No se justifica la actitud, aun cuando Canadá estaba haciendo lo suyo. Una forma aceptable de detener al contrario es dominarlo con pitcheo, y no a pelotazos. Los nuestros se "engancharon" con el toque de bola en la novena entrada. Arnold León buscó provocar al contrario (se dice que por orden de Luis "Cochito" Cruz), y ocurrió lo lamentable. La violencia en el terreno no es para nada justificable. Y más cuando el equipo mexicano fue el autor.
Para quienes amamos este deporte, observar escenas de este tipo, provocado por los nuestros, simplemente produce pena ajena. Criticas a otros deportes por la violencia en los estadios, en las gradas, y piensas que esto no llegará al béisbol. Nos callaron la boca. La vergüenza es indescriptible.
México matemáticamente termina su participación en el Clásico Mundial. Pocas son las esperanzas de seguir en la siguiente fase. Se cumple lo pronosticado con un roster que lamentablemente no se ideó con conocimiento de causa. Pediremos la cabeza de quien estuvo detrás de toda la organización, pero solo quedará en eso, en un deseo.
Nos queda ahora seguir lo que resta del Clásico Mundial, y conocer quién será el campeón de esta edición. Y posteriormente, iniciar la temporada de la Liga Mexicana de Béisbol.
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