La afición a los Yankees de Nueva York tenía esperanzas que la serie del fin de semana, ante los Medias Rojas de Boston tuviera otro resultado. Sin embargo, resultó peor. Su archirrival sacó la escoba y los derrotó en tres ocasiones consecutivas, propinándoles su primera barrida de la temporada. Obviamente la situación en los Yankees se volvió mas turbia que clara, por lo que hay que hacer un análisis a fondo de lo sucedido en esta segunda serie del calendario.
Revisando las actuaciones de los abridores de Yankees, hay que reconocer que cumplieron con una labor bastante sólida. El pasado viernes, Ryan Yarbrough mantuvo a los bats de Red Sox en solo una carrera. Fue hasta la novena cuando el capitán Aaron Judge envió la pelota con un descomunal cuadrangular fuera del Fewnay Park para empatar el encuentro. Sin embargo, en la décima entrada, el pitcheo de relevo de Nueva York no pudo ante los bates de alto calibre de Boston, que los dejó en el terreno.
El sábado sería otro capítulo de la serie. Rodón tuvo una aceptable actuación, aunque aceptó 3 carreras limpias, y tuvo el juego también con posibilidades de regreso. No fue así. Al final, los patirrojos volvieron a ganar por una sola carrera, dejando la pizarra 4-3.
El domingo, gran labor de Max Fried. Solo 2 carreras en su labor. Algo que podría pensarse que es "normal" a la calidad de lanzador que es. Pero la ofensiva de Manhattan no pudo remontar la pizarra. La barrida se consumió.
¿Cuál fue la causa de la anemia de los Yankees? La respuesta es clara: Judge fue completamente dominado en toda la serie. Fueron 9 ponches en los tres juegos para el capitán. Solo pegó un hit en 12 oportunidades, siendo el cuadrangular del primero juego. No hubo mas. Y con su baja de juego, el "slump" ofensivo pareció contagiarse a todo el equipo.
Quedó en evidencia un problema serio. Si Judge no puede producir, otros integrantes del lineup deben dar un paso al frente para cubrir su ausencia. Inexistentes los bats de Bellinger, Goldschmidt, Volpe, Chisholm, y hasta de Wells. Ellos normalmente responden ante la baja de bateo de Judge, pero fueron claramente silenciados. El pitcheo de Boston los limitó en 4 carreras en 3 juegos. Inoperantes.
No es sostenible que toda la responsabilidad ofensiva recaiga únicamente en Judge. Además, el equipo debe encontrar nuevas estrategias para generar carreras. El corrido de bases, por ejemplo, fue un factor en contra. Tanto Jasson Domínguez como Ben Rice fueron sorprendidos en segunda base en los juegos del sábado y domingo, respectivamente, cortando posibles rallies que podrían haber cambiado el rumbo de los partidos.
El manager Aaron Boone también tiene que explorar otras alternativas, como el toque de bola en juegos cerrados, algo que no se intentó en toda la serie. En encuentros tan ajustados, cada detalle cuenta.
A los Yankees les corresponde ahora recuperar esos tres juegos perdidos frente a un rival directo de su división. La temporada aún ofrece dos nuevas oportunidades de medirse ante los Medias Rojas, en agosto y septiembre. Esos duelos no pueden volver a perderse, porque más adelante… pesan.
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